Es un trastorno en el que el individuo aprieta o rechina los dientes. Generalmente ésta condición se presenta en la noche y según su intensidad puede ocasionar los siguientes síntomas:

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• Dientes aplanados, quebrados o esmalte dental gastado. Encías retraídas y aumento de la sensibilidad dental.

• Dolor y cansancio matutino de mandíbulas

• Cefalea retro orbital aguda o crónica

• Dolor de oídos

• Sensación de clic al abrir y/o cerrar la boca

• Sensación de rigidez o bloqueo mandibular

• Dolor cervical

• Insomnio o alteración del sueño

 

Para aliviar y mejorar los síntomas del bruxismo es necesario abordarlo de manera interdisciplinaria con los profesionales que corresponden (odontólogo, psicólogo, kinesiólogo, entre otros) ya que muchas veces este trastorno es crónico y sus consecuencias alteran la calidad de vida de los pacientes.

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La kinesiterapia es fundamental para disminuir el dolor en una primera instancia y luego, para reeducar la musculatura cráneo-cérvico-mandibular del paciente. Ésta es la parte más importante de la rehabilitación ya que, siguiendo un plan de tratamiento exhaustivo, la calidad de vida de los pacientes puede mejorar considerablemente.

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La terapia consta de fisioterapia analgésica y antiinflamatoria; técnicas manuales específicas tanto de la articulación temporomandibular como cervical. Ejercicios de reposo mandibular y cervical. Estabilización muscular mandibular, cervical y dorsal. Ejercicios de corrección de postura.

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Muchas veces, cuando el dolor y el espasmo muscular es muy intenso, se puede combinar el tratamiento odontológico y kinésico, con la aplicación local intramuscular de Toxina Botulínica, mejorando así la condición muscular y favoreciendo los resultados de la terapia.